A Virgilio Piñera.
Busco poner en algún lugar los ojos.
Busco palpar,
hay un pequeño vacío
que rellena la solapa del juez.
Tomo el martillo
y con un sonido sin color
golpeo las alucinaciones del canto.
Multiplico el hastío
al incipiente trasnochador.
Necesito las furias.
Necesito despojarme de historias,
de ataduras que dan elocuencia.
Siento el frío,
pero insisto en la llegada de alguien,
manchas que desaparecen
y vuelven furiosas al papel.
Un gato nos rodea.
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