domingo, 2 de septiembre de 2012

En mi Lámpara de Campo,



primera que conocí,
te hice cartas.
Otra vez en aquel piano
creabas tu fruta mágica,
tu fruta de operetas.
Así, dorada la voz
y el sonido en el cristal
vuelves a hilvanar las resonancias 
y tu música convertida en vitrales
alumbra mi recuerdo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario