lunes, 17 de septiembre de 2012

Estrenan obra Cuando Che era Ernestico

La más reciente puesta en escena de Nueva Línea, grupo teatral que dirige la actriz-titiritera Yaqui Saíz, constituye un homenaje a la familia Guevara de la Serna





Lázaro Elizardo Castillo Pérez
17 de Abril del 2010 1:03:52 CDT

«Yaqui Saíz propone títeres, cuenta historias y juega en escena con un desenfado tremendo», así me describieron las potencialidades de una actriz-titiritera que creó un grupo teatral con el nombre de Nueva Línea, cuya adaptación de Bebé y el señor Don Pomposo obtuvo la Beca Milanés de la Asociación Hermanos Saíz.
La más reciente puesta en escena de Nueva Línea, Cuando Che era Ernestico, constituye un homenaje a la familia Guevara de la Serna. Mas, la obra rebasa al mero respeto. Sus presupuestos estéticos así lo demuestran. Desde la imagen que puede dejar al niño espectador sobre los valores morales y éticos de una familia con su hijo, hasta la concepción de todos los elementos escénicos, denotan la solidez de este colectivo con más de una veintena de estrenos y 30 premios en el ámbito teatral cubano.
Podría decirse que uno de los grandes aportes de Yaqui Saíz en esta propuesta es la inclusión de la figura del Che en el teatro de títeres, cuya personalidad se ha visto más representada en el documental y el cine de Latinoamérica, pero no así en las tablas; detalle que no solo resultará polémico o atractivo al espectador, sino que también atraerá las miradas de críticos y estudiosos del teatro. El hecho de ofrecer la niñez de Ernesto Guevara en un montaje teatral resulta una prueba de sensatez y originalidad.
En Nueva Línea se aprecia una búsqueda hacia nuevas formas de expresión: dramaturgia-actor-títere-público. No se debe olvidar que es una agrupación de jóvenes donde hay mucho por cimentar en ese compromiso por la representación: la expresión del títere propiamente. En su puesta no es al actor a quien distinguimos, sino a la expresión del muñeco. De ahí, puede dilucidarse un nivel de disciplina que se consolida en la estructura del actor. La obra no solo es divertimento, sino postura, reflexión y discurso lúdico.
El espectador avezado podrá encontrar intertextos incómodos, especialmente cuando descubra vocablos más contemporáneos con la vida del Che. Sin embargo, el comienzo de la obra ubicará al público en lo que se va a contar. Aparecen las guerrilleras titiriteras, que muestran con destreza los diferentes planos escénicos en los cuales recrearán la acción de la puesta. Peleles de mesa diseñados por Héctor Huerta se ven aquí y allá, y en complicidad con la realización de Nilza Reyos los trasladan a un juego desenfadado y atractivo para los niños. El uso del color y los mecanismos de manipulación manifiestan una riqueza en las cadenas de acciones de cada uno de los personajes y sitúan al público en las pampas argentinas.
La escenografía contribuye a la propia elevación estética del montaje. Un libro grande en el que se le incorporan los espacios escénicos al estilo de los textos rusos para niños (as) que llegaron a Cuba en los años 80, es la manera en que se nos presenta esta obra. Un espectáculo donde la relación del espacio escénico y la estructura dramática van de la mano.
La atención de cada niño (a) mientras la pieza avanzaba no escapó a la sorpresa de este espectador-crítico; innegable disfrute pleno, cargado de sinceridad. Por ello Cuando... dejará en los pequeños una huella importante, no ya por la historia en sí misma, también por la sutileza y maestría con que Yaqui Saíz y Geraidy Brito muestran en la manipulación de los peleles de mesa.
Desde una perspectiva creativa Nueva Línea propone un reflejo diferente de valores, símbolos y modalidades conscientes e inconscientes, no sin una pizca cultural de cubanía. El hecho de tomar el tono argentino, incómodo quizá para el espectador más pequeño, no impide la compresión de los mensajes, pues se recurre al uso de palabras que forman parte del vocabulario latinoamericano. Destaquemos también que las actrices-titiriteras contextualizan al espectador en una historia diferente, que se desarrolla sin rupturas, dinámica por excelencia. Nacida desde La Pampa misma.
El diseño de luces, a cargo de Reynier Rodríguez, imprime una veracidad exquisita en los tiempos de la obra, enfatiza las transiciones en las secuencias dramáticas y destaca aquellos elementos que aluden al Río Paraná, escenario importante en la obra. Aunque la música no es original, no implica un descenso en el plano de elaboración artístico, de hecho, Cuando... marca un proceso de creación importante de aquilatado relieve.
Como toda obra teatral perfectible con la sistematicidad de su puesta en escena, esta debe encauzar su trabajo en la profundización de sus estructuras dramáticas. El juego con el tiempo resulta un detalle fundamental, Cuando... es una pieza marcada por circunstancias históricas por excelencia. Presentar a este gran hombre de América en el contexto de sus relaciones familiares es un reto. La ingeniosidad radica en mostrarnos ese rostro otro del Che niño, con las peripecias propias de cualquier infante. Nueva Línea, con esa expresión de espiritualidad y sentido profundo de la existencia, logra un salto en la escena teatral cubana de hoy.






1 comentario:

  1. Disfruté de la puesta en escena de esta obra, y fue espectacular, tanto para los adultos alli presentes que conocian o no esa faseta de la niñez del Che, como para los pequeños alli presentes quedará el mensaje que esas dos jovenes titiriteras con mucha destreza y maestría supieron transmitir en el escenario. Increible lo que sucedió allí, pues de una forma magistral supieron llevar de la mano la historia y lo sentimental, la cotidianidad de ese gran hombre que por su figura no dejo ser en su momento ese niño travieso que muestra la obra. Felicidades para ambos, a ellas por esa espectacular entrega al mundo de los títeres y a ti por esa crítica tan precisa y justa del trabajo de Yaqui y Geraidy.

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